Hoy llegué a la parada de la 63 y había revuelo. Bueno, allí siempre hay porque en la mañana, esas camionetas se llenan sin necesidad de ayudante que las anuncie. Pero hoy era diferente. Un rato después de llegar me di cuenta de lo que había sucedido: le dispararon al señor chófer de la camioneta que en unos minutos yo abordaría. Le dispararon. Así, al amanecer. Sentado en su puesto de trabajo. Con mucha gente alrededor.